Como dijo un groso de esos que no hay dos (porque no entran de lo grosos que son, masvale) "Aquí me pongo a cantar..."
Y porque quiero cantar, o contar boludeces, es que arranco con esto de escribir algunas giladas en internet para que el que tenga ganas las pueda leer. Porque, seamos sinceros, cuanta gente lee estas cosas. Yo no, seguro.
En fin.
Lo que me impulsa este primer post, el comentario de un compañero de hace dos días atrás. Éste apareció cuando la charla de como solucionar un intrincado problema con un paleozoico sistema que usa la empresa para la que trabajo, devino en una amena y hasta, si se quiere, bizarra (en su acepción angloparlante para aquellos puristas de los términos) tertulia hacia los planes para el fin de semana y las preferencias a la hora de intimar de cada uno (Por cierto, en el caso de otro compañero, ahora me da cosa compartir una misma oficina con él, pero es tema para otro post... y para terapia) la cosa es que este primer colega del que venía hablando varias líneas atrás antes de comenzar a desvariar sin freno como es mi costumbre y enquilombando hasta niveles insospechados una frase simple como estoy haciendo justo en este instante, y que de ahora en adelante llamaré 'Pepe' (para cubrir su identidad y porque la vedad ahora no me acuerdo como se llama porque los padres le pusieron un nombre, en el barrio lo conocen por otro y es acreedor de un despectivo apodo de oficina y los tres términos están confluyendo sin sentido en mi mente inundada de cafeína a las 8 de la matina) . Resulta que Pepe nos refirió la siguiente frase: "... yo me estoy comiendo a dos minas y muchas veces estamos los tres en la cama...." la sorpresa de todo el gentío que participaba de la cada vez mas guarra conversación (Toda mesa de ayuda con sus supervisores, el jefe de soporte de primer nivel, varios miembros de soporte de segundo nivel y un par de personas que identifico como miembros del staff de desarrollo o 'me rasco por hacer el sistema cada vez mas inestable total para algo está mesa de ayuda') fue comparable a la sensación de estar en la cancha en la tribuna atrás del arco contrario y que el delantero virtuoso lance un bombazo venenoso en el último segundo con el único fin de romper el invicto al sorete del equipo rival que produce que todo el mundo nos cargue por la calle y que le pifie por tan solo cinco centímetros al ángulo y la pelota se estrole en el vértice del arco.... ehm... está bien, cierro la página del Olé.
La cosa es que todo el mundo se sorprendió, no porque esté jugando a dos puntas, eso ya no sorprende a nadie (y, en serio, eso es triste) sino porque todos consideramos que el muchacho es un asexuado por naturaleza. No se le conoce pareja, aventura, fato, novia, transa ni anécdota alguna, el flaco va mas allá del simple hermetismo. Es una especie de Monje Shaolín, pero sin todo lo que lo haría ser un monje Shaolín con la excepción del celibato.
Todos quedaron en silencio, el jefe de soporte eructó (pero todos hicimos como si nada) y se oyó a lo lejos alguien gritando algo sobre la madre de Bill Gates.
Era increíble... el marmo ahora comenzaba a mostrar que también la ponía, encima estaba saliendo con dos minas y se las enfiestaba a ambas. No way, José. Porqué él la pone² (al cuadrado, sentiende) mientras yo tengo que seguir yendo al super para ver las piernas de la cajera? No es justo, yo así no juego mas. Todos nos preguntamos algo parecido (aclaro que yo no voy al super para esas cosas, para eso me quedo en casa y la miro pasar por la ventana) pero nadie pudo expresarlo con palabras hasta que Matute logró vencer su estupor y usando sus dotes de orador le preguntó: "¿Qué?"
Pepe ahí medio que reculó, quizás abrumado por la reacción generalizada, quizás porque se regodeaba en el momento, tal vez fue mas simple y era medio lerdo como sospechábamos desde que le dijimos que en realidad por ley los cigarrillos producen cáncer, tal como se lee en la leyenda: "El Fumar Es Perjudicial Para La Salud LeyNº 23.344" y el maestro de la inocencia lo creyó (por lo menos en el instante dejó de fumar para pasar a tener un odio visceral por el poder político Nacional)
Bueno, a ver. Concentración arranqué hace dos párrafos y todavía no terminé ni de contar el principio de la historia.
Cuando todos nos fuimos al humo y comenzamos a atosigarlo a preguntas (No me atosiguéis!) Ahí fue cuando nos contó como veía la mano.
Resulta que conoció a Marcela en la sala de espera de la clínica donde atiende la psicóloga con la que hace terapia. Comenzaron a hablar y fue amor a primeros síntomas, es que coincidían en muchos de sus traumas y obsesiones. Él coleccionaba las difuntas cartas Cromy, ella todavía tenía los álbumes de Frutillitas; él tenía miedo a las alturas, ella no podía subir mas de tres pisos en el ascensor porque se apunaba; él tenía una suprema debilidad por los muñequitos que vienen en los huevos sorpresa, para ella el chocolate de esos huevos eran la única manera de tener cierto placer -casi- sensual. Venciendo sus violentas socipatías se citaron y salieron a tomar un café primero, a ver una película después y un par de semanas luego decidieron intimar en el departamento de él con un excelente resultado para los dos (teniendo en cuenta lo expresado un poco mas arriba y sin desmerecer a Pepe, me pa que con un par de cariñitos ya habría bastado para que describa su noche como "excelente", pero yo no sé de esas cosas, soy un ser prístino de mente).
Hasta ahí lo escuchamos con atención, esperando que en un momento comience a mencionar a la tercera en discordia, pero la maldita se negaba a aparecer. Pero como el mister nunca había sido tan interesante, todo el mundo le seguía prestando su atención, espero que haya anotado de quien era la atención de cada uno, de lo contrario sería muy difícil que le devuelva la atención de cada uno a su respectivo dueño. Y eso lo sé porque todas las atenciones se parecen.
Entonces, el intempestivo Matute otra vez tomó la batuta de la situación y usando una vez mas su verba refinada casi gritó: "¿y?, ¿la otra?"
Esta vez parece que Pepe esperaba la pregunta y con aplomo sólo reservado para quienes saben que tienen el público ganado sólo con su presencia en el escenario le respondió: "Ahora voy a eso".
En una oportunidad, Pepe llamó a la casa de Marcela y al escuchar la voz de su media naranja le dijo: "Hola, hermosa" al instante del otro lado le respondió la misma voz conocida pero con un tono entre enojado y ofendido, pero con una sensualidad que haría que un adolescente se mojara los calzones al instante: "Te conozco? A quién estás buscando?" Pepe se quedó duro y no solo porque le gustó el tono de la voz. "Soy Pepe, Pasó algo Marcela? Soy yo." del otro lado le respondió la misma voz ronroneante: "No soy Marcela, soy Mara y no conozco ningún Pepe" el héroe de la historia (que no soy yo, pero gracias por pensar que si) dándose cuenta de su confusión le dijo: "ah, disculpame es que tenés la voz igual a ella, sos su hermana? Está ella?" Mara del otro lado le respondió: "Si ella está ahora, pero no te puede atender, y no, no es mi hermana es la boluda que está dentro de mi cabeza y que trata de sacarme con terapia".
Recapitulemos para los que no entendieron la sutileza que dijo Mara... a ver... si, la entendieron no? Bueno, mala suerte, porque no me anda el botón de hacer flashback.
Pepe otra vez se taró y comenzó a balbucear como cada vez que lo apuran un poquito. Mara del otro lado comenzó a hablar entonces con voz divertida pero sin perder ese tono de locutora de programa de citas de la medianoche que te cachondea tanto que tenés ganas de cagar a meterte en la radio y convertirte en micrófono. "Seguro la conociste a ella, pero no a mi, eso se puede arreglar, ¿No te parece? Será medio boluda, pero si hay algo que le tengo que reconocer es que tiene buen gusto por los hombres." Debo reconocer que no le creí nada en el momento, me parece un poco increíble ahora y mañana seguro me va a parecer mas probable. Soy de convencimiento de acción retardada.
Lo que pasó después es que Pepe es mas extraño de lo que pensabamos y comenzó a citarse con Mara sin decirle nada a Marcela y la pasaba bomba. Por un lado tenía una mujer sensible con mucho que hablar y con la que compartía mucho y que al mismo tiempo era tierna y algo lela en la cama pero le ponía onda y por el otro una mujer que no entendía en lo mas mínimo y con la que no tenía nada en común (era segura, intrépida, ninfómana, guarra, medio bruta e impulsiva) pero que era una perra total en la cama al punto de que le costó un tiempo algo prolongado a Pepe no pasar vergüenza frente a ella. Las dos por el mismo precio.
La cosa se pudo cada vez mas extraña (al punto de que Mara comenzó a tener celos de Marcela y Marcela de Mara, sin saber quién era la 'otra'), hasta que un día Pepe se encontró con Mara y luego de una diminuta guerra mundial que celebraron entre los dos (con varios accesorios y distintos tipos de alimentos involucrados) se quedaron dormidos. A la mañana siguiente, mi compañero de trabajo saludó a su amante al otro lado de la cama con un "Hola, Mara" Error. Era Marcela que se había desperado antes y lo miraba con curiosidad preguntándose a donde habían ido a la noche anterior y cuanto habían tomado para no recordar que habían estado en su casa.
Se destapó la olla y espérenme que tengo que bajar el fuego de la hornalla que se me pasa el arroz.
Discusión va discusión viene. Marcela desterró a Pepe de su cama, de su casa y de su vida. Mara no. Y Pepe no se resistió a perder la totalidad de su mina de oro, a lo sumo la mitad. Pasaron unas semanas mas y Pepe extrañaba a Marcela, por lo que la llamó. Y Marcela que había planteado la situación con su terapeuta, le dijo que quería intentarlo de nuevo, que no podía ser tan imbécil de sentirse celosa de si misma (yo a este punto ya no entendía nada y estaba relojeando a una compañera de otro sector a la que desde hace rato le tengo ganas y está mas buena que asado gratis un domingo en fin de mes) En un principio ella le mostró algo de reticencia, con el correr de los días la cosa volvió a su cause normal, hasta que Marcela le propuso algo que hizo que todo esto se vaya al carajo: estar con las dos en la cama. Pepe no entendía nada pero como hombre que es la sola idea metafórica de estar con dos mujeres lo puso como loco y ahí nomás se hubiera bajado los pantalones si no fuera porque estaban caminando por Avenida Cabildo y eran las nueve de la mañana y no me digan que eso es normal porque al amigo de un amigo lo tuvieron guardado un par de meses por hacer eso. Lo intentaron esa noche y la pasaron pluscuam bomba. (No me pregunten detalles, el desgraciado de Pepe no quiso largar detalles). En resumen, Pepe la pone casi a diario (Cuando a una le duele la cabeza espera hasta que aparezca la otra y pimba!) y a veces hace un martes por dos y se arma algo piola con una mina que está mas loca que una cabra. Todos felices. Los tres. Yo no tengo ni media trinchera donde meterme, pero bueno... empecé terapia... calculo que si a Pepe le sirvió para mi también puede funcionar.
8 ene 2010
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